coleción 2009

Dibujo: Hernan Romero


“Silencio...”

Silencio..., pues el amor se ha dormido
que si lo despiertan pueden asustarlo.
Sueña que aún tiene lo que ha perdido,
vuela entre flores..., corre por el prado.

Silencio..., pues el amor se ha aquietado.
Dejen que descanse en su mar profundo,
que sueñe melodías y siga enamorado
que viva el silencio tan sólo un segundo.

Tal vez algún día logre despertarse,
quizás un mañana vuelva a caminar
hoy él sólo quiere de ánimo mudarse.

No logra, no puede sucumbir al disenso
sospechando que en vano habrá de amar
por eso es que ahora duerme..., silencio.

COBO

.....................................................................................
Para qué sirven los árboles

En el patio
tengo un sauce.
Lo visitan azulados naranjeros
pintando manches de cielo
en el fondo verde.
O una pareja de gorriones,
que se besan
juntando los picos,
para luego aparearse.
O también un silencioso
y casi imperceptible colibrí,
conjunción de lo pequeño y lo bello.
A veces,
la visita es de gala,
luciendo su penacho rojo,
incomparablemente elegante,
se posa el altivo cardenal.
Los árboles sirven:
por su verdor,
para dar sombra,
para oxigenar el aire.
Para mí.

RUBEN ROSSO
.....................................................................................

Amor

A quién culpar,
a quien juzgar,
cuando el dolor de un amor,
no se puede borrar.

A quién odiar,
en brazos de quién he de llorar,
cómo hacer para olvidar,
cómo matar los recuerdos
que hacen nido en el corazón
sin ansias de volar.

A quién recurrir,
cuando no existe ciencia que te pueda aliviar,
cuando no hay medicina que te pueda sanar,
cuando el mundo se desmorona
y no hay suelo para caminar,
cuando sólo queda resignarse o morir de amor,
pero olvidarte jamás.

jUAN R. PORFIRIO
.....................................................................................

¿Y dónde están?

Para declamar amor en frases cursis
Llenar pentagramas vacios de melodías
Escribir discursos falaces a arrogantes.
Se han quedado con los dedos tiesos
Como si la muerte hubiera caído sobre ellos
Y la noche eterna se quedara sin sus gritos
¿Dónde están?
Los vendedores de ilusiones
Con maletines cargados de palabras,
Volantes suicidas de los amores
Y la mesa barroca de los bares
Que los cobijaban en noches de plenilunio
Cuando ideales forjaban.
¿A quiénes escriben los escribas?
Al amor sin paradigma,
A la burocracia mayoritaria,
O al proletariado masificado?
A la última rosa de mayo,
O al capitán pirata recién llegado?
Escribirán la historia,
La tuya, la mía, o la que no se ve
Ni se siente, solo se inventa.
¿Dónde están? esos poetas suicidas
¿Para quiénes escriben hoy los escriba.

MYRIAN CASTILLO
.....................................................................................

Tu nombre

Tu nombre se hizo carne
En tu descarnada historia,
Que a veces en mi memoria
Huele al polvo de tu sangre.
Mi espíritu aprendió a volar
Bajo el solar de tu cielo...
A veces siento y me desvelo
Por cosas que no sé explicar.
Tus lugares están en mí...
Maguer todas las distancias,
Las ausencias y las ansias
Vuelvo siempre a Napalpí.
Eras el sol aprisionado
En un charquito travieso
De carne y de pensamiento
Con ojo de espejo lastimado.
Flechas, estigmas de sangre
Retumban aun en mí...
La voz de toda Napalpí:
¡El grito de su hambre...!

JULIO L. RUFFINO
.....................................................................................

Jazmín

El pescador persigue sus sueños
en cada anzuelo, en la malla;
el sauce susurra en sus oídos
historias que el hombre hilvana.

Las totoras bailan sus danzas
las que trae el río de sus viajes por la Patria,
acompañan las aves con sus cantos
y los peces desde el agua.

No desdeñes esta vida, niña,
que marca a fuego sus enseñanzas;
lecciones duras que aprendemos
a cada paso en las barrancas.

No somos muy distintos,
la vida es un río que pasa.
Yo: piel de barro que se enamora,
Vos: jazmín que sueña y ama.


LUIS. E. VALLEJOS
.....................................................................................

Intento

Intento descubrirte sencillo,
encontrarte a cada paso,
escucharte en cada gesto,
abrazarte en cada mano,
depositar en cada beso mío
una gota de tus labios.

Intento desnudar mis ojos
sin pudor ante tu llanto,
balbucear tu rostro,
mitigar el canto,
suspirar en un profundo
vuelo extasiado.

Intento despintar lugares,
descifrar lo arcano,
enhebrar oscuros
dilemas encontrados;
intento desgarrar mi sangre.
Intento decir te amo.


DANTE